jueves, 20 de septiembre de 2012

vuelta al mundo

Recuerdo permanente de que somos lenguaje y de que nos lanzamos a la vida cadenciosa y libremente. 

Hay un punto estelar abajo de nuestro ombligo, un punto que sin embargo abarca todo un sector de fuerza que nos hace caminar. 

Caminar, en principio... desde un punto caminamos y hacemos la infinitud.

Hay una planta que nos recorre verticalmente y que nace y vuelve a nacer en nuestras bocas de distintas formas. Esas flores, frutos, naturaleza misma de la que nunca dejamos de ser parte.

Los límites se borran con solo tocarlos (con la certeza de que tocar siempre es ejercer presión sutil y dulcemente)

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