viernes, 29 de noviembre de 2013

el mismo día de confusión

19/08/13

el otro día hablamos de que existe y no existe la culpa. yo dije que para mi es un concepto religioso y por lo tanto no existe. el habló de cosas evangelicas que no cree pero que lleva en la mirada a peso plomo (y odia, secretamente odia). nunca me voy a sentir demasiado culpable por tomar vino, le dije, en todo caso me sentiré responsable. dió pelea un rato más inventando una serie de ejemplos pero al final se dió por vencido. que se den por vencidos conmigo a veces me alivia; es un alivio fugaz y poco claro como cuando terminas de rendir, salís afuera y el aire penetra por todos los poros de tu sweater. antes de todo eso garabateé la palabra jugar y alma mora en el cuaderno de camila, meses después entendí el por qué. el final del principio de la confusión fue el momento perfecto en el que daba para irse. todos muy hermosos de dientes violetas que no comieron. lo siguiente fue despedirse de un miembro. me llené de frió y también me despedí del peleador. jamás lo volví a ver. después, me esperaba cualquier cosa menos la armonía. destapar el tercer vino es el claro indicio de que todo se fue al carajo. eso era lo que estaba pasando.

llegar a un lugar y que todo se vaya al carajo rápidamente es normal a veces:
los no saludos / yo me hago la que no me importa / capaz que me la creo /
enana maldita = emanación satánica / ella juega a molestar / no se le ocurre propósito mejor /
no me puedo poner de acuerdo / a quién me banco menos

/ no puedo terminar de escribir sobre cosas que no están del todo claras /

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