domingo, 14 de octubre de 2012

convertir lo insustancial

Buscaba oxigenar mi sangre
sentirme en el vértice de tu sentir
y ahí
alcé la mirada y lo llamé. Insistí su presencia desde mi fuero y hasta oír el penúltimo latido antes inhalar la última bocanada. Lo ansié desde mi conciencia alterada arrebatada de risa y un momento de segundo plano detrás del bastidor. Pensé "nene, tiempo de aparecer". Llamé al semidios por telepatía y celular durante un período inexacto de tiempo que jugaba a desdoblarse con el tic tac de mi pulso, percibí así la tarde y parte de la noche conciente. Me pareció verlo rozando mi mejilla de manos frías, como no tocar el cielo con las manos, como no tocar las manos con el cielo y escuchar esa vocecita que me invitaba a apoyar la mano en una superficie plana para recuperar el equilibrio. Me encontraba inquieta así me pinté las pestañas a la luz de la vela, esperando no sé que cosa y a su vez tratando de recordar algún conjuro para que él se desplegara y convertir su distancia en algo crepuscular, palpar su núcleo verde luz. Estaba en un trance de sentirme bajo su influjo entonces activé las manos, deduje que alguien en la salón del ensueño estaba especulando. Cualquier sendero pudo ser divergente: buena suerte y mala racha.

2 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

hermoso